35. EL ASCO A LA COMIDA
ELLA
Podía sentir un cálido cobijo, estaba tan cómoda que cuando me gire sentí la brisa fría corriendo por mi espalda y me estremecí; busqué a tientas la frazada que Zhara dejaba para mi, las almohadas estaban estorbando el paso y las empuje, pero no se movieron, empuje mas fuerte pero no paso nada.
Me gire en la cama pero sentía los párpados pesados y seguía somnolienta, cuando me estire le di un golpe a algo que se quejo fuerte. Así que me enderece, me tomó un momento darme cuenta que estaba Ragnar mirando documentos recostado en la cama a mi lado, solo llevaba un pantalón de pijama; tenía el ceño fruncido y me miraba encima de los documentos.
-¿Es necesario golpearme?. - me senté en la cama frotándome la cara.
-¿Estoy soñando?. - mi voz parecía entrecortada seguramente por el esfuerzo de vomitar; lo vi sonreír calmadamente.
-La última vez que alguien me preguntó eso tuvimos que limpiar mucha sangre. No me quejo pero prefiero no hacer enojar a Zhara. -Sentía que todo era irreal.
-¡