Esa noche ambos se quedaron en el apartamento de la joven. Alonso sintió todo lo contrario a lo que pensó que iba a sentir estando en un lugar que había pertenencido a Fernando.
Resulta, que ese lugar nunca había sido habitado ni siquiera amueblado por él, posiblemente desde el inicio estaba destinado para Anna.
A la mañana, despertaron temprano e hicieron el amor, como si fuesen los mismos de siempre, enamorados y apasionados.
Después de bañarse, ella preparó el desayuno.
_ Veo, que tienes todo aquí_ dijo el mientras saboreaba el rico café colombiano.
Claro, ella había aprovisionado su lugar con todo lo que le gustaba.
_ Si bueno, sé que no te gusta mucho el café, pero de vez en cuando deberías tomar_ rió.
El asintió.
_ Lo único malo es que debemos ir a casa a cambiarnos, ni siquiera tú tienes ropa aquí _ carraspeó el hombre_ se te escapó ese detalle.
Ella suspiró y se echó a reír.
_ Bueno, es que si hacía eso posiblemente a tí no te iba a gustar o elucubrarías esas ideas raras de
"