Unos meses después, los Ponce de León se habían instalado en un hermoso Penthouse en Upper East Side, se habían habituado tan bien a la vida allí que prácticamente parecían haber nacido allí.
Ambos trabajaban junto a Frank, mientras Anna comenzaba a tomar decisiones importantes en la empresa porque Frank ya le delegaba muchas cosas a ella, Alonso comenzó a encargarse del área legal.
Se sentían a gusto trabajando juntos. Muchas veces se encontraban, haciendo un parate en sus actividades para hacer el amor, eran como dos niños haciendo travesuras a escondidas de sus padres.
_Ven aquí mi pequeña bribona _ le dijo apenas Anna entró a la oficina de él, mientras la apretaba contra su cuerpo _ te he extrañado toda la mañana y ahora te haré el amor aquí mismo.
_ Alonso hay mucha gente por aquí hoy _ dijo la joven sonrojándose _ esperemos a llegar a casa...
El sonrió de lado.
_ Sabes muy bien que no lo haré _ le dijo mientras comenzaba a besarla.
Cerró la puerta con llave. Cargó en braz