BENJAMÍN
"Maldita sea..."
— ¡Bien! — digo poniéndome de pie, tirando de la sábana para cubrir su cuerpo encantado. — Te amo, Mila Rivera y espero que algún día me perdones... — Susurro adiós, depositando un beso en su frente.
El beso más rápido y doloroso de toda mi existencia.
Cerca de allí, en la sala de estar, Julie mece los cochecitos para que los mellizos duerman. Ella no me ve y yo tampoco los veo a ellos, así que Héctor toma mi brazo y me jala hacia atrás rodeándome con un abrazo amistoso.
— Él... Héctor... — digo sorprendido.
No era un hombre para muchas muestras de cariño, de hecho, ninguno de nosotros lo era.
— ¡Te prometo que me ocuparé de ellos, Bennet!
— ¡Sé que lo harás, amigo mío! — digo apretándolo fuerte. — No sé si podré despedirme de los bebés...
— ¡Tú mejor no! — aconsejado.
Dudo que pueda salir por esa puerta después de ver sus caritas.
— ¿Les contarás nuestras aventuras?
— ¡Todas ellas! — dijo tocándome el hombro.
— ¡Solo no hables de los dragones, por favor! — d