85. Es solo el principio
Ethan sonríe mientras me mira, claramente encantado con la sorpresa que ha preparado. Abro y cierro la boca un par de veces, aún sin dar crédito a lo que oigo.
—¿Carmel? —susurro, abriendo mucho los ojos—. ¿Tipo Carmel, en California?
—Exacto. —Ethan sonríe aún más—. ¿Qué me dices?
—Pero… ¿y Seattle?
—Seattle puede esperar —dice, volviendo a besarme—. Tú no.
—Ethan…
—Te mereces un respiro lejos de todo. —Acaricia mi rostro—. Nos lo merecemos… lejos de todo. Así que pensé en un sitio tranquilo, bonito, donde pudieras respirar.
El corazón me late a mil con sus palabras. No solo ha entendido lo que necesitaba, sino que ha pensado en cada detalle.
—Ethan… esto es… increíble. —Digo, rozando su nuca, sonriendo y emocionada—. No tenías que hacerlo por mí.
—Lo haría mil veces, perdición. Por ti, por nosotros. Ya te lo dije, te mereces lo mejor.
Esa mirada seria y sincera me golpea, y lo único que puedo hacer es besarlo otra vez, para agradecerle sin palabras.
Cuando nos separamos,