25. este fin de semana será… inolvidable
Por supuesto que el universo iba a conspirar en mi contra. La semana pasó en un abrir y cerrar de ojos, a pesar de todos mis esfuerzos por hacer que el tiempo se arrastrara.
¿Y el resfriado? Ni rastro de él. Ni siquiera cuando me quedé unos minutos a propósito en el balcón, enfrentando el viento helado sin abrigo, se dignó a aparecer.
Ahora, aquí estoy, sentada en un avión comercial entre James y Vitória. Ella charla animadamente con Gabriel, intentando incluirme en la conversación, pero mi mente, como siempre, no coopera.
Parece que se quedó en Chicago, aferrada a la mínima posibilidad de que Ethan desistiera de venir por esa reunión de última hora. Tal vez el universo decida ayudarme ahora, aunque haya ignorado mi súplica por un resfriado.
—¿Estás bien, Mia? —pregunta James, inclinándose hacia mí—. Tienes cara de querer vomitar.
—Estoy bien —respondo, frunciendo el ceño mientras me pregunto si mi expresión está tan mal como parece. Decido cambiar de tema antes de que insista—.