—¿Estoy realmente embarazada? —le pregunté y él me miró y asintió.
—Sí, ese hombre loco y obsesionado me secuestró y me dijo que te sacara sangre. Tenía todo el equipo en el sótano para hacer las pruebas. Tenía una pistola en mi cabeza todo el tiempo. Según los resultados de tu sangre, tienes aproximadamente cuatro semanas de gestación. Felicidades. —dijo, y asentí mientras me giraba en los brazos de Mav, quien me sonreía antes de que su labio temblara.
—Pensé que te iba a perder. Pero te dije que siempre te encontraría. —dijo y sollozé mientras lo besaba y él me devolvía el beso. Nos sentamos en la cama y solo miramos cómo el veterinario y el doctor hacían su trabajo. Mis padres habían despejado la habitación y se habían ido a ayudar a revisar a las víctimas, ya que los médicos estaban allí.
—Oh Dios, Mav, vamos a tener un bebé. Melodía va a estar tan feliz. —le dije mientras me apoyaba en él y él se rio.
—Oh, lo estará. Es tan extraño, la escuché decirle a Michela que tenías un bebé