CAPITULO 25
— ¡¿Por qué has sacado a esa maldita mujer del calabozo?! ¡¿No se supone que para eso la has traído?! ¡Si ibas a tratarla como la misma realeza la hubieras dejado en Gorian y te hubieras dado por vencido! — Gritaba furioso el Márquez Forsten.
— ¿Tienes idea de lo que estás haciendo y diciendo en este momento y en este lugar? Hablarle así al Rey de Maita es una sentencia de muerte inmediata y no lo pensaría dos veces si me ordena atacarte. — Decía el comandante Charlie Evans al Márquez muy molesto levantándose de su asiento. — Suficiente Charlie, agradezco tu protección pero no es necesario, puedes salir un momento junto a los demás.
Una vez dichas esas palabras por el Rey Lance Lamparth, el caballero se marchó llevándose consigo a los otros comandantes y sub comandantes que estaban presentes en la reunión.
Una vez las enormes puertas fueron cerradas por los guardianes del Rey, Lance quedó a solas con su cuñado, Sebastián Forsten.
— No fuí yo quien la dejo salir, en real