Pasó una semana, Derek se mantenía ocupado en la oficina y sus asuntos personales sin hablar nada más que de trabajo con Perla. Ella estaba muy confundida, pero se hablaba a si misma, y mantenía la tranquilidad, cuando llego la noche llamó a Pamela para hablar y tomar algo ya que lo necesitaba.
— ¿Ahora si quiere hablar? Claro, como el bombón de chocolate no está, recurres a tu amiga olvidada.
— No estoy en escuchar tus reclamos. Amiga creo que después de tantos años he caído en las garras de la ilusión.
— Pero con tal hombre es muy natural amiga ¿Quien no caería a sus pies? - Perla sirve dos tragos y toma asiento al lado de su amiga. — ¿Vas a tomar? - Pamela pregunta con los ojos redondos del asombro.
— Pamela, este hombre me confunde y siento mucho miedo de lo que puede lograr con tanta facilidad.
— Pero amiga, siempre lo has llevado bajo control y mantienes muy firme las riendas para no caer en una nueva desilusión.
— Con él no pude, solo habla y obedezco, lo peor es saber qu