Enormes lobos van emergiendo de a poco de entre los árboles del bosque que bordea la carretera donde nos encontramos, liderados por un lobo de color marrón rojizo, provocando el pánico entre Gerd y sus lobos ahora convertidos en humanos. Sus pasos son casi sincronizados y el lobo marrón les dicta el ritmo, mostrando que son una verdadera tropa unida.
Entonces el lobo líder se detiene y todos los demás hacen lo mismo.
“Las tropas de la manada Zafiro”, dice Aella asombrada, “son muchos más que los lobos de Bernard o lo que sean”, indica, ya no sé si son de Bernard o de Gerd”.
“Si son de Bernard o de Gerd da igual, es más, puede que ya no sean lobos de nadie, porque ahora les pertenecen al pánico”, le respondo y ella se ríe en mi cabeza, “¿has visto a un lobo temblar tanto como estos esbirros de Gerd?”.
En tanto que el lob