Capítulo 102

Santiago se levantó frente a todos los periodistas, con el rostro serio, No temblaba su voz, tampoco bajaba la mirada.

—Eso es mentira. Nunca estuve con esa mujer —dijo claro—. Y no tengo nada que ocultar.

Me puse a su lado, lo miré con seguridad y asentí. No iba a dejarlo solo.

—Mi esposo no miente —dije en voz alta—. Confío en él, y no hay nada que Clarisa pueda inventar que nos separe.

Los flashes de las cámaras nos cegaban, las preguntas iban y venían, pero lo más importante ya estaba dicho. No había nada más que aclarar.

Un periodista de los más viejos, con gafas, se acercó un poco más que los demás. Su voz fue distinta, menos amarillista y más seria, profesional.

—Tengan cuidado —nos advirtió—. Esa mujer está difundiendo rumores en círculos privados. No se trata solo de ustedes como pareja. Ahora también habla de la empresa, de la familia. No permitan que destruya la imagen que tanto han construido.

Lo miré con rabia, Era justo lo que temía.

Cuando terminó la rueda