Capítulo 5

Nolan estaba cubriendo a su Alfa y amigo, solo le importaba llevarlo a un lugar seguro pronto antes de que se dieran cuenta de lo que realmente estaba pasando. 

—Lamento profundamente los inconvenientes —Sierra se acercó a Nolan—. Nadie esperaba un ataque tan brutal en medio de la celebración. Espero que comprendas que fue un caos para todos y le aseguro que la loba será ejecutada, pagará por lo que hizo.

Nolan no respondió al instante. Sus ojos seguían clavados en su Alfa, inconsciente, buscaba una forma de sacarlo. Finalmente, giró el rostro hacia ella.

—Mi único interés es que se recupere —respondió, sin mostrar emoción.

Sierra forzó una sonrisa e intentó hacer contacto físico, pero Nolan no se lo permitió.

—Le ofrezco una habitación y la atención médica necesaria para ver el estado del Alfa Ragnar, le aseguró que llamaremos a nuestro médico de confianza. 

—No es necesario — contestó Nolan —. Le tomará un segundo recuperarse, nos vamos ahora.

—Por favor —insistió ella, dando un paso adelante—. Sería una descortesía de nuestra parte no ofrecer hospitalidad, especialmente después de lo que ha pasado.

Nolan alzó una ceja. Desconfiaba de Sierra y de esa manada, pero no tenía opción, lo mejor era que Ragnar despertará y explicará lo que sucedió.

—Lo aceptaré, por Ragnar. Solo por él.

Kael no dijo nada. Observó a Nolan, a Ragnar… y luego bajó la mirada, sabiendo que políticamente no podía permitirse un escándalo, no ahora. El Norte seguía siendo una manada poderosa, y había acuerdos territoriales pendientes, había costado hacer que Ragnar llegará a la manada, pero este desastre los iba a perjudicar, tenían que recuperarse, así que aceptó la propuesta de Sierra, después de todo ya era la Luna de la manada, estaban casados oficialmente. 

Lyra fue llevada al calabozo por los guardias, reconoció al mismo lobo que fue a su casa a ofrecerle el empleo y ahora la llevaba al calabozo, seguramente todo había sido una trampa y ella había caído, cuando la lanzaron a su celda sin piedad, se levantó con dificultad y soltó las hierbas que llevaba en su mano sana. 

Con esfuerzo logró sentarse contra la pared, respiró profundamente antes de quitarse la blusa y con sus dientes la rasgo, cubrió su mano con la tela y la dejó inmóvil para que sanará, buscó entre las hierbas, encontró caléndula, al menos era algo, lo preparó y se la colocó en las heridas, empezó a sentir frio,el lugar era húmedo y oscuro, pero no podía hacer nada más. 

Recordó todo. La batalla, el lobo que la protegió, la mirada de Ragnar antes de caer desmayado, el calor que sintió al tocarlo. No tenía sentido, otro Alfa como pareja, ¿acaso la Diosa Luna podía ser tan cruel con ella?. Después de lo que había pasado con Kael y que ella era una Omega sin lobo y sin origen, otra vez volvería a pasar lo mismo, aunque tal vez sería peor, todos sabían lo cruel y despiadado que era Ragnar.

“No… debió ser un error”, murmuró para sí misma, abrazando su brazo roto con cuidado.

Pero su corazón sabía que no era cierto. Aunque tal vez tendría algo de suerte y al día siguiente iba a acabar con su vida, sería ejecutada. Solo esperaba que Romulus no interviniera, si desafiaba a los líderes por protegerla… lo matarían. Lo conocía demasiado bien. Haría cualquier cosa por ella.

No, Romulus. No te metas. Por favor…

Cuando amaneció, los guardias entraron sin decir una palabra. La sacaron a empujones. El juicio se realizaría en la mansión, con todos los altos cargos de la manada presentes. Y con Kael y Sierra en el trono de piedra al frente del salón.

Lyra no luchó.

No intentó defenderse.

No mencionó a Ragnar, ni la herida, ni el vínculo.

Aceptó su destino en silencio. Lo había decidido en la celda. No pondría en peligro a Ragnar revelando su debilidad. Él la había protegido de los vampiros, ahora era su turno.

—Lyra, Omega sin lobo de la manada Oeste, has sido acusada de poner en riesgo a tu manada y la vida de un Alfa, tu sentencia es la muerte —declaró un anciano.

Una ola de murmullos recorrió el lugar. Kael no dijo nada, pero su mandíbula estaba tan apretada que un nervio palpitaba en su mejilla. Sierra sonreía con suficiencia. Los guardias se acercaron y empezaron a colocarla en su lugar, era hora de recibir su castigo, ella cerró los ojos, pronto todo iba a acabar. 

Entonces, la puerta principal se abrió de golpe.

—¡Alto! —rugió una voz.

Todos voltearon. Ragnar entró caminando, imponente, sobrio y poderoso, Sus ojos brillaban con intensidad y pronto el lugar se sintió más pesado con su aura, Nolan su Beta y amigo venía al lado. 

—Nos alegra que esté bien, Alfa —comentó Sierra de inmediato, pero él la ignoró fue directo a Lyra.

—Ella no va a morir —sentenció, aunque todos querían murmurar, está vez nadie se atrevió a hacerlo—. Lyra es mi pareja destinada. Y me la llevo a mi manada.

El salón enmudeció.

Kael se levantó de golpe, con los ojos desorbitados.

—Esto es una tontería, no puede ser. 

Ragnar frunció las cejas en su dirección, aunque Kael sentía que debía retroceder, no lo hizo, ambos eran Alfas y aunque estuvieran en niveles diferentes, no se iba a dejar intimidar en su territorio. 

—La sentí. Ella es mía y si alguien vuelven a tocarla, será tomado como un acto de guerra.

El impacto fue instantáneo. Los guardias retrocedieron y todos mantuvieron distancia de Lyra, nadie quería morir en manos de Ragnar.

Kael tardó unos segundos en reaccionar, pero su mirada dejó ver lo que sentía: celos, rabia… y humillación. Dio un paso al frente como si fuera a protestar, pero luego se detuvo. Sabía que no podía enfrentarse directamente a Ragnar sin consecuencias políticas.

Sierra, en cambio, sonrió como si acabaran de liberarla de una carga.

—Si es su pareja, que se la lleve —dijo dulcemente—. Es su problema ahora.

Lyra tembló. No entendía cómo había pasado todo tan rápido. No quería irse. Nolan la desató y la bajó del escenario, todos mantenían la distancia de ellos, Ragnar se dio la vuelta y caminó a la salida, Nolan venía a su lado con Lyra del brazo, la llevaba arrastrando porque al parecer ella se oponía a seguirlos, Lyra buscó a Romulus entre la multitud. logró encontrarlo al fondo, quiso ir tras él, pero Nolan no se lo permitió. 

—Será mejor que te mantengas a mi lado, nos vamos ahora mismo. 

—Quiero hablar con mi padre. 

—No lo harás —contestó firme. 

Lyra no entendía nada, pero vio los ojos de su padre, sus labios que se movieron. 

“Vete con él, sálvate” 

Es lo que pensó que decía. 

“No quiero dejarte” respondió ella moviendo sus labios. 

No logró ver más porque Nolan la sacó y fueron directo al auto que los esperaba en la entrada, Ragnar la abrazo y la subió de inmediato, todos vieron una escena romántica desde afuera. Nolan subió y empezó a conducir hasta salir de la manada, Lyra sentía el corazón palpitando demasiado fuerte, iba al lado de Ragnar, no sabía como empezar la conversación sobre ser pareja. 

Sin embargo, no tuvo que hacer nada porque Ragnar la tomó del brazo herido con fuerza, ella gruñó del dolor, pero él le preguntó inmediato. 

—¿Qué sabes? ¿A quién le dijiste? 

—¿Qué cosa? —dudó ella. 

—Sobre mi herida, ¿con quién hablaste? 

—Con nadie —respondió ella sintiendo el aliento de Ragnar sobre ella —. Lo juro, me llevaron al calabozo y luego iban a matarme. 

—Pudiste hablar y echarme la culpa —debatió Ragnar —. ¿Por qué no lo hiciste? 

Ni ella misma lo sabía, pero él quería una respuesta. 

—Me salvaste la vida, así que no tenía porque decirlo. 

Los ojos oscuros de Ragnar estaban sobre ella, su rostro demasiado cerca, su presencia la envolvía por completo, empezó a sentir el calor en su interior, una corriente eléctrica recorrió su cuerpo cuando sintió el cálido aliento sobre su rostro, quería que la besará, que la tocará, pero Ragnar retrocedió con un gruñido. 

Lyra no sabía qué la esperaba en el Norte, pero no podía ser peor que en la manada Oeste o tal vez sí.

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