Cuando la vida no podía ir peor para las mujeres de la mafia, la mansión de Nikolas se fue llenando de las personas más importantes de cada organización. Por primera vez en años, se encontraban los antiguos líderes de la mafia en busca de sus hijos. Cabe destacar, que la Cosa Nostra y la Bratva, anteriormente, se llevaban muy mal. Más que todo, porque la organización rusa culpaba a la organización italiana de haber apoyado al secuestro de Natasha. Los padres de Fabrizio volvieron a sentir el dolor de la perdida de un hijo, al igual que los padres de Maksym. El dolor para los padres de Kylian, que eran los que más viajan y jamas habían sentido algo similar, era nuevo. Ellos se parecían mucho a Nicole y a su hijo, enamorados de la vida y el dolor que experimentaban no se podía explicar. Para los padres de Sasha, el sufrimiento no había terminado y le anexaban uno más. Y ni hablar de los padres de Nikolas... ver a su hijo sufrir por años por no tener a Selene, la muerte de Daphne y aho
Antes del accidente...El Sacerdocio se iba a encontrar en uno de los restaurantes de Nikolas. Era un hombre de negocios, pero la mayoría de los lugares de comida le pertenecían al mafioso. Su doble vida nunca tuvo problemas. El dinero que salía de ahí se lo daba a Selene. A ella le daba dinero limpio y sin manchas de sangre.—Entonces... —comenzó Fabrizio—. Creo que hemos acabado con los dramas familiares. ¿Cuándo es la boda con Selene?Ocho pares de ojos miraban a Nikolas esperando una respuesta. Estaban sentados en una de las mesas del restaurante. El favorito de todos para sus reuniones en Grecia.—No me siento digno de ella. Es más lo que la hago sufrir que...—¿Quieres morir en manos de esa chica? —le preguntó Maksym, interrumpiéndolo—. Selene está loca y no dudo que te deje sin pelotas...—No entenderían mi posición —se quejó el hombre.—Yo sí, pero soy más egoísta —dijo Kylian.—Es amar sinceramente y dejarla libre —intervino Sasha.—Tú tenías a una antigua emperatriz mala det
Dos semanas después...Los peores días habían transcurrido desde la muerte de Nikolas. El padre del griego, Aquiles, se había hecho cargo de la organización mientras tanto. Spencer debía tomar el lugar como líder de la mafia, pero seguía esperando que le dieran respuestas de los cuerpos obtenidos. No era mal asesino, pero nadie quería pertenecer al Sacerdocio. Esa organización fue formada por los chicos, los mejores asesinos, hombres estudiados y sabios. Tenían demasiados contactos y todos querían estar con ellos. El problema sería hacerse un nombre, actuar, trabajar y tomar decisiones. Todos ellos habían sido preparados para tomar los puestos de líderes. Era una cuestión de jerarquía y respeto.—Señora, debe comer. Solo está haciendo una comida al día y ha bajado demasiado de peso. Al jefe no le hubiese gustado verla así.Selene se giró y miró el plato de comida. No es que ella no quisiera comer, es que simplemente no le daba hambre. Tomaba agua porque no le quedaba de otra y le da
Selene despertó muy tarde al día siguiente. Era la primera vez en dos semanas que dormía más de dos horas. Se había desmayado por el cansancio y la impresión, pero ya ni siquiera eso le importaba. Se levantó, se bañó, se vistió y salió de la habitación. Spencer la estaba esperando fuera del apartamento para irse al hospital. Habían dos doctoras que la estaban esperando para hacerle un chequeo general. Bajó mucho de peso en dos semanas y eso estaba preocupando a todos en la organización.—El análisis de sangre debería estar lista para hoy en la tarde. Necesito que comas. Estás por debajo de tu peso saludable. Tienes los labios agrietados y estoy segura de que no estás recibiendo la dosis correcta de nutrientes. ¿Cuántas comidas haces al día y que sueles comer? —le preguntó la nutricionista.Selene ladeó la cabeza y se encogió de hombros como respuesta. Realmente no recordaba cuando fue su última comida decente. —Una cucharada de arroz ayer en la noche —confesó. Spencer abrió los ojos
—¡Selene, vuelve aquí! —le gritaba Nikolas, mientras ella peleaba con un soldado.—¡Déjame salir o me aviento por las escaleras! —le exigió al hombre, Nikolas asintió para que la dejara irse, igualmente, estaba prohibido ir más lejos del hospital.Selene salió y siguió caminando hasta que vió que todo estaba tomado por los soldados de los chicos. Ella tenía los sentimientos encontrados. Nikolas estaba detrás de ella y se suponía que debía estar feliz después de tanto haberlo esperado, pero estaba asustada de que fuera una ilusión. Muchas veces lo soñó y probablemente desaparecería otra vez. Realmente no podía soportar que se fuera otra vez de su vida.—No puedes irte, Sel. —Mira como me voy —inspeccionó los alrededores buscando por donde poder salir corriendo. Tenía el resultado de la prueba de sangre en sus manos y no lo había abierto. En su mente tenía una sola cosa.Huir de Nikolas.—No llevas tu cartera.—¿Para qué la necesito? —ni siquiera lo miraba. —Tal vez para pagar el taxi
A Nikolas le estaban haciendo unos estudios mientras ella se encontraba afuera esperando a que saliera de la habitación. Estaba sentada viendo el lugar que decía "rayos X". Estaba muy metida en su mundo cuando Spencer se sentó a su lado en silencio. Selene notó su presencia, pero siguió guardando silencio.—Estaba esperando a que estuvieras bien —su voz, llamó su atención—. El jefe no lo sabe, pero hay una carta para ti.—¿Una carta? —frunció el ceño.—Es de Daphne —se tensó, con solo escuchar ese nombre—. No sabía si debía entregártela, pero creo que tú también debes darle un final —le entregó el papel—. Soltar el pasado para que no vuelva a molestarte.Lo vió irse y decidió leerla en ese momento. Suspiró y asintió. La leería solo para poder olvidar quien fue Daphne. Se quedaría con el bonito recuerdo de cuando realmente la quiso. Su niñez nunca fue mala y lo recordaría con cariño.Si estás leyendo esto es porque probablemente dejé este mundo. En estos momentos te estoy escribiendo e
Punta Cana- República Dominicana.Selene se había ido de Grecia hace dos meses. Ella y Nikolas debían sanar sus heridas antes de volver a encontrarse. Por primera vez en años, los dos se estaban hablando por el celular. Videollamada, mensajes y algunas llamadas en las noches. Estaban lejos, pero no ausentes. Mantenían su relación a distancia hasta que Nikolas pudiera estar presentable a ella.Selene estaba viviendo en un Airbnb. La casa estaba cerca de la playa y tenía piscina. Era amplia y cómoda para la griega. Había vuelto a convivir con sus padres después de casi 20 años. Fueron felices los 3 y los mejores días de su vida. Nikolas había hablado con el padre de Selene y aunque ya no existía una deuda entre ellos, seguía siendo el padre de su mujer y el mafioso era su capo.—Cariño, ya le pagué a la señora que limpia y al jardinero. Tu padre está terminando de darles la comida que hiciste para despedirlos por esta semana —la griega asintió—. ¿Cuándo irás a buscar el vestido de novia
En lo que la puerta de la habitación fue cerrada, Nikolas se lanzó sobre Selene y la presionó sobre la pared. El deseo los consumía y las ganas de estar juntos eran cada vez más fuertes. Lo único que se escuchaba eran las respiraciones aceleradas de los dos y el sonido de los besos en algunos momentos. Se estaban comiendo, si eso era posible. La piel de gallina se les ponía después de cada caricia. —Mierda, te extrañé... —la llevó a la cama sin dejarla de besar. —Me molesta tu ropa —le quitó la camisa de vestir azul.—Y a mí la tuya —le quitó la pijama, quedando expuesta completamente—. Mi obsesión...Selene le terminó de quitar la ropa, notó las nuevas cicatrices que estaban en la piel del mafioso y, también que tenía un nuevo tatuaje de rosas grises. El griego fue dejando un camino de besos por todo el cuerpo de su mujer. Era dulce y sabía a gloria. Llegó a sus pechos para darle la atención requerida. Mordió, lamió y la sensación de satisfacción la estaba mareando. —Nik... —no lo