(Maratón 3/13)
Alek Vólkov
Abrí la puerta de la habitación con cautela y entré aún con todo oscuro y sin querer encender la luz, pues Dasha se encontraba dormida y no quería despertarla.
Luego de traerla a la fuerza de la casa de Sergei, ella se encontraba demasiado alterada y apenas me escuchaba, por lo que me tocó convencerla de que no le haríamos nada a su amiguito.
Promesa que me tocó cumplir, por lo que me tocó llamar a Vlad y decirle que lo dejara en paz, pues dejaría pasar nuestras cuentas pendientes solo por Dasha.
Únicamente por ella.
Para mí buena suerte, ella me creyó y accedió a venirse por las buenas, así que al llegar a la mansión, la traje directamente hasta nuestra habitación y, como era de esperarse, se quedó dormida.
Sabía que estaba pasando por demasiado estrés y eso no era bueno, por lo que decidí dejarla sola un rato para que pudiera descansar lo suficiente y así yo poder drenar mi furia.
Fui al gimnasio y me descargué con el saco de boxeo tanto como