Estas palabras emanan una profunda sensación de impotencia.
Y hay cosas que no se pueden compensar con palabras.
Lina arquea ligeramente las cejas.
Una leve sonrisa se forma en la comisura de sus labios:
—El Señor Ramírez no hizo nada malo, ¿por qué debería disculparse el Señor Ramírez?
Juan sacude ligeramente la cabeza y dice:
—Esta disculpa representa al yo anterior.
—Basta ya, Señor Ramírez.
Lina mira hacia Solange, que está cerca,
—Voy a investigar a fondo este asunto.
—Bien, apoyo cualquier decisión que tomes.
Con estas palabras, Juan ya ha dejado claro su postura. Solange se desespera:
—Juan, ¿acaso también vas a tomar partido por esta mujer? ¡La que está en la cama es tu prima!
Juan no desvía la mirada:
—Todos somos adultos y debemos hacernos responsables de nuestras acciones.
—...¿Qué ha hecho realmente Jazmín para que la traten así? ¡Recuerda que es ella la que está en la cama!
Solange, furiosa, dice:
—No me importa lo que vayan a hacer ustedes, ¡pero no toquen ni un sol