Él me va a escuchar. ¿Como es posible que sea tan ogro? Me saca de mis casillas.
Antes de que fuese a hacer otro de sus espectáculos molestos decidí que sería mejor ir y subirme al auto.
— Tan linda señorita Bachelet, cuándo hace las cosas cuándo se le indican.
— Las haría mucho mejor y cuando se me piden, si al menos la persona que solicita tuviese tantos modales así como le sobra el dinero.
—¿Ahh sí? …
Preguntó.
Antes de seguir hablando una voz molesta resonó por todo el vacío estacionamiento interrumpiendo lo que tenía por decir. Su postura se volvió tensa y antes de darle tiempo a la persona allí afuera de echar su mirada dentro del auto, él se salió dando un portazo al lindo Mercedes.
Siempre pasa eso, siempre algo o alguien interrumpe los momentos importantes donde me imagino una buena retahíla de cosas por decir, y cuando digo buena es buena.
— ¡Osito grandulón!
Desde dentro del auto pude ver a una chica super alta, de cabello corto de un color dorado, con unos rizos muy lindos