Han pasado dos meses. Ahora estamos en febrero. No sucedió nada excepcional durante estos dos meses, excepto el hecho de que trato de evitar a Caleb tanto como sea posible. Rara vez nos hemos visto solos desde ese día y rara vez nos hemos hablado.
Aprovechando que todos están dormidos bajo a la cocina a prepararme un té. Abro la luz, pero salto cuando veo una sombra de pie. Caleb estaba allí. Frente a la nevera. Y no puedo correr porque me ha visto antes.
Entro en la cocina sin prestarle atención y pongo el agua a hervir.
- Háblame, Syra. Me dijo Caleb. No me gusta cuando me ignoras.
Me dirijo a él.
- Para decir qué? Le pregunté. Solo hablamos de trabajo, eso es suficiente. ¿No?
- No, no es suficiente. No somos compañeros de trabajo, Syra. Me responde _ Me gusta oírte hablar.
No respondo y me doy la vuelta. Preparo mi bebida agregando azúcar y una bolsita de té.
- No, me ignores, Syra. Dijo débilmente. Habla, grita, haz algo, pero no me ignores. No me hagas esto.
Se me hace un nudo en