Los sirvientes abren la puerta, dejando entrar a mi viejo amigo. Alessio Romano y su hermana Sienna. Me acerco a ellos y le doy un abrazo a Alessio.
— Encantado de verte de nuevo, mi amigo. Me dijo _
— El placer es mío. Respondí _ Ven, vuelve.
Los acompañó a la sala y les digo que se sienten. Desde que llegaron, la mirada de Sienna no se ha apartado de mí. No se lo diría por respeto a su hermano…
— Te olvidaste de nosotros, Caleb. Ella dijo Estaba esperando a que volvieras a vernos a Italia.
— Tu hermano sabe que tengo mucho trabajo aquí. Le respondí _ No tengo tiempo.
Ella asiente. Después de sentarme, siento que se acerca a mí, pero sigo ignorándola.
— Sienna, ¿puedes dejarnos solos? Dijo su hermano.
Sienna se vuelve hacia su hermano y luego asiente. Se levanta y va al jardín. Luego me dirijo a Alessio.
— Caleb, ¿cuándo vas a Kazan? Me pregunta
— En menos de tres semanas. Le respondí _ Mis hombres están organizando todo y estoy esperando respuestas de los jefes de cada mafia.
— Corr