Vania Cooper
El gran día había llegado envolviéndome bruscamente en las garras del miedo y los nervios. Mi corazón martilleaba contra mi pecho de forma cruda y desesperada mientras intentaba no ahogarme.
Mi rostro estaba perfectamente maquillado con colores extravagantes y plumas estaban pegadas de los laterales de mi rostro como si crearan una máscara alrededor de mis ojos.
Mi cuerpo tenía el diseño más impresionante de la línea cubriéndolo y aun así sentía que vomitaría en cualquier momento si no respiraba pausadamente.
Las chicas alrededor de mí sostenían mis hombros y otras acariciaban mi espalda mientras susurraban palabras suaves intentando que me calmara, pero eso estaba muy lejos de suceder. Prefería quitarme todo el pomposo traje y olvidar que había intentado modelar en una jodida pasarela.
Mi cabello recogido en un moño alto tiraba de mi cráneo un poco dolorosamente y tenté con quitármelo, pero unas manos ásperas y grandes rodearon las mías y las delicadas manos sobre mi