Capítulo 16 —Los labios en la copa
Narrador:
Roman no se apartó del todo. Se quedó ahí, inclinado sobre ella, con los dedos aún rozando su mentón, como si estuviera debatiéndose entre el control y el desastre. Y perdió.
Porque fue él quien acortó la distancia, quien inclinó la cabeza, quien selló su boca sobre la de Aylin con un beso que no fue suave ni correcto ni prudente. No se contuvo. No esta vez.
Cuando sus labios tocaron los de Aylin, no hubo titubeos ni sutilezas. Fue directo, voraz, como si hubiera esperado demasiado tiempo para probarla y ahora no pensara dejar ni un rincón sin reclamar.
El beso fue húmedo, profundo desde el primer segundo. La lengua de Roman invadió su boca con tanta autoridad como si le perteneciera, marcando el ritmo, explorándola sin pudor, sin prisa pero sin darle espacio para pensar. Y Aylin… Aylin respondió.
Porque por más que su cerebro gritaba que debía apartarse, su cuerpo ya había elegido. Y eligió entregarse a esa boca que la devoraba, a ese sabo