Capítulo 128 —Diablo estaba vencido
Narrador:
El llanto de Sasha se había vuelto más suave, pero no menos doloroso. Era ese tipo de llanto que se aferra a las paredes, que no grita, pero que se siente en los huesos. El que no necesita testigos, porque es demasiado real.
Roman seguía de pie frente a la puerta cerrada, sin tocarla, sin hablar, como si ese umbral fuera también una línea que ya no podía cruzar. Aylin permanecía a su lado, en silencio, sin saber si moverse o simplemente quedarse allí, ofreciéndole compañía en su derrota.
Y de pronto, él se quebró.
No hubo anuncio, ni palabras, ni gesto dramático. Solo un temblor en los hombros, apenas perceptible, un leve desajuste en la respiración. Y luego, simplemente, se desplomó. Se deslizó por la pared como si el cuerpo le hubiera fallado, como si el alma hubiera decidido que ya no podía sostener ese peso. No fue una caída; fue un derrumbe lento, devastador. El cuerpo de un hombre cargado de culpa resbalando hasta quedar sentado, enco