Los días pasaron y Nea se mostró distante, hablaba solo necesario, su mente estaba lejos de las personas a su alrededor. Dentro de ella había una incertidumbre enorme qué no la dejaba estar tranquila.

Logan Intentaba de todo para hacerla hacer la misma de antes, pero todo era en vano, se había recluido en la casa mientras rogaba qué aquella opresión desapareciera, pero nada lo hacía. En su cabeza solo estaba la dolorosa realidad de que Logan y Gloria le habían estado mintiendo.

Por más que intentaba encontrar una razón lo suficientemente fuerte para hacerlos callar, no había ninguna. Habían elegido mentirle y por más que lo había preguntado ninguno tuvo las agallas para decir la verdad y eso le dolía.

Gloria había intentado llamarle pero Nea se había rehusado en responder, ni siquiera había asistido a la floristería, es como si ella había decidido olvidarse de todos.

—Buenos días Nea.

Logan dejo un beso en su mejilla y tomo asiento a su lado, los últimos días ella la pasaba