Robert la invitó a bailar, pero ella le dijo que no, y este al poco rato ya estaba bailando con Brenda. Ella le había empezado a coquetear desde que llegó a la fiesta, y lo hacía de forma descarada, tanto así que ya todos se habían dado cuenta de que el supuesto novio de Victoria se había ido con Brenda dejándola a ella plantada. Victoria se incomodó, pero no le importaba en lo absoluto lo que hiciera Robert; solo eran amigos, habían salido un par de veces y no había nada serio por parte de ella.
—¡Nena, debes despertar y tomar a la tal Brenda por el cabello! Es una roba novios. Estas palabras viniendo de Rosita hicieron que Victoria quisiera marcharse ahora más que nunca.
—Sabes muy bien que entre él y yo no existe nada; solo es una amistad, y no me importa con quién baile o con quién esté.
—Así nunca vas a conseguir a un hombre, querida Vic. Rebeca fue a salvarla de las murmuraciones de la gente por el desplante que le estaba haciendo Robert delante de toda la empresa.
—¡