Se acercaba la celebración de los primeros seis meses de la nueva empresa y todo ya estaba planeado para llevar a cabo la mejor de las fiestas. Todos tenían muchas expectativas para ese día y hablaban de esto y aquello que llevarían puesto para la celebración. Recursos Humanos se había encargado de cada detalle para agasajar a los empleados y recompensarlos por su buen trabajo durante estos meses.
Victoria no iría; no tenía humor para las fiestas y menos con el personal de la empresa, donde todo era chisme y murmuraciones. Sus ánimos no estaban como para estar rodeada de gente hablando de sus cosas y sus problemas. Deseaba quedarse en casa con sus hijas, comer algo delicioso, leer un buen libro o ver una película de terror, que tanto le gustaba. Pero todo eso quedó a un lado; su querido padre le dijo que tenía que asistir para supervisar que todo se diera de la mejor manera. Así que no tuvo otra opción que buscar qué ponerse para ir a la fiesta de la empresa.
Ninguna de las razones qu