—¿Qué hace usted aquí? ¡Hoy no tenemos ningún show de baile en la empresa! —dijo Andrés, levantándose de su silla y dirigiendo sus palabras a Victoria, que recién llegaba y estaba hablando por su móvil. Ella, un poco confundida por sus palabras, miró a todos lados y los presentes la observaban y reían de la ocurrencia del jefe.
—No sé de qué me habla, doctor, yo vine a trabajar a la empresa.
—¿A trabajar en qué? —dijo Andrés, mirándola de arriba abajo. Victoria creía que él estaba jugando con ella, pero no; él hablaba muy en serio y no quería seguir escuchándolo, y menos delante de todos.
—Creo que usted está confundido. Yo...
—Victoria es mi asistente. Vamos, ya es hora de entrar a la oficina y empezar a producir. Ya estaban todos los ejecutivos con sus asistentes. Mientras caminaban hacia la oficina, Andrés se veía inquieto con la presencia de Victoria y no se callaría lo que pensaba.
—¡Antonio! Esta es una empresa muy seria; tú, como presidente, tienes que dar el mejor ejemplo. ¿Tr