Andrés recibió una llamada en su móvil y decidió contestar. Era su abogado, quien se encontraba acompañado del fiscal encargado del caso sobre el fallecimiento de su esposa en un accidente automovilístico ocurrido varios años atrás.
—Espérenme en mi oficina; iré en unos minutos.
—Doctor Andrés, buenos días. Le informo que ya hemos localizado a la persona que conducía el auto, y hoy mismo será enviada a prisión.
—Por fin... —respondió Andrés, con una mezcla de alivio y rabia—. ¿Cuántos años tuvieron que pasar para dar con esa persona?
—Doctor, la conductora era menor de edad en ese entonces, y la justicia colombiana tiene sus limitaciones en este tipo de casos. Pero ya estamos cerrando este capítulo. Además, esta misma persona estuvo involucrada en el accidente que usted sufrió en las playas de Coveñas. No parece una simple casualidad.
—Quiero estar informado de todo. —Andrés apretó el teléfono con fuerza, sintiendo hervir la sangre—. ¿Todos estos años y nunca me pregunté quién fue el