**Tharion**
No podía creerlo.
¿Rondalyn?
¿Mikail realmente se estaba atreviendo a usar ese nombre… ese maldito nombre… para provocarme?
Estuve a punto de tomarlo del cuello de la camisa y levantarlo del suelo, exigirle con los dientes apretados de dónde había escuchado tales patrañas.
Pero no lo hice. Me contuve apenas y tomé una profunda respiración.
El silencio entre ambos se volvió espeso, casi irrespirable. Su mirada no se apartaba de la mía, impertérrita. Casi arrogante.
Pero luego vi el cambio: una chispa de decepción. Un toque de frustración.
Perfecto.
Contuve una sonrisa que me subía por la garganta como humo de una hoguera controlada.
—No deberías andar regando rumores sin fundamento, Mikail —dije finalmente, con la voz tan cortante como una daga—. Esa mujer no tiene ningún parentesco conmigo. No tiene relevancia ni en mi vida, ni en mis tierras.
El muy bastardo alzó una ceja con fingida inocencia.
—¿No? Entonces te invito a que regreses ahora mismo a Wolvencrest y lo compr