**Rowan**
El viaje de regreso desde la manada de Mikail había sido más placentero de lo que imaginé.
Ver a Lyra en ese estado deplorable me reafirmó que había tomado la decisión correcta al expulsarla de Moonfang. Había sido un Alfa justo y sabio.
Al llegar, Calista me recibió con una sonrisa ansiosa, sus ojos brillaban de curiosidad.
—Cuéntame todo, Rowan. ¿Cómo fue tu visita a Silverbane?
Su escepticismo sobre el trato que Mikail podría darle a Lyra era evidente. Ella nunca estuvo de acuerdo con que la dejara ir.
—No debiste permitir que se fuera —dijo, frunciendo el ceño—. ¿Y si Mikail la trata con indulgencia?
Sonreí con satisfacción, recordando la imagen de Lyra abatida.
—Todo lo contrario, Calista. Lyra está sufriendo allá. Mikail la tiene bajo control y sufriendo, exactamente como merece.
Los ojos de Calista brillaron con una mezcla de alivio y deleite.
—¿En serio? Dame más detalles.
Le relaté cómo Lyra estaba viviendo un infierno en Silverbane. Cada palabra parecía alimentar