Lyra
Sentía un nudo en la garganta que bajaba hasta el estómago, como una piedra pesada que no podía tragar.
Me ardían los ojos, pero no iba a dejar que se notara. No frente a Mikail. Y mucho menos frente a Tharion.
¿Qué pretendía él? ¿Por qué aceptaba de buenas a primeras las exigencias de Mikail? ¿Por qué no lo discutió conmigo antes?
Tharion sabía mejor que nadie la verdad. Ese niño… mi niño, era hijo de Mikail. Pero no podía —no debía— saberlo.
No ahora. No después de todo lo que pasó.
Mi pequeño no podía enterarse jamás que tenía un padre biológico que me había destrozado el alma, que me había dejado sola, humillada y perseguida por quienes querían silenciarme.
No después de los intentos de asesinato. No después de su traición.
Mikail fue mi Mate y aun así no me eligió. Me dio la espalda, como si mi vida no valiera nada.
Nada de eso importaba ahora. Estaba en el pasado. Yo había elegido a Tharion.
Quería avanzar, construir una vida feliz, estable, amorosa. Una vida donde mi h