Lumen
Rosé tomó a Belcekar de la mano y le indicó que la siguiera hacia el interior de una cueva. La nieve estaba cubriendo los caminos.
Miré a Athius, podía notar que estaba incómodo porque el tampoco comprendía porque estábamos viendo esto. El enojo que tenía en mi cuerpo porque el me hubiera besado era confuso. Como si una parte de mí si estuviera esperando que me besara desde la primera vez que lo vi. Borré esos pensamientos de mi mente.
La escena que contemplamos al acercarnos a la cueva hizo que Athius se diera media vuelta. Belcekar dejó desnuda a Rosé y estaban envueltos en una pasión que crecía. Los dos parecían desesperados por estar juntos, por saborear cada parte del otro.
—Esto es una maldita broma. —soltó Athius, queriendo soltar mi mano, pero algo lo detuvo.
La voz de Belcekar se impuso.
—Kyra se marchará de la manada, ella no se compara contigo, deseo hacerte mi luna. —dijo el rey, hablaba con tanta libertad porque allí no había nadie oyéndolos.
Con excepción de nosotr