La semana pasó tranquila, no hubo contratiempos, pude asistir a las clases de pole dance que me daba Macarena y llegar a tiempo a la mansión, mi cadena aún no la había recuperado, hablé con Greta pero ella solo me dijo que me vaya olvidando de recuperarla, es una perra cómo va a decirme que no puede hablar con los Ivanov, cuando ella y Alexei cojen a diario.

—¡Camila! Te estoy hablando —Me saca de mis pensamientos Paula quien había ingresado a la habitación.

—Disculpa no te oí llegar ¿Qué sucede? —Le pregunté mientras preparaba mi bolso.

—Te preguntaba si querías llevar algo para comer ¡Te prepare una vianda! —Me extiende un bols hermético.

—¡Muchas gracias! No te hubieras molestado —Recibí la vianda y la guarde.

—Volviste hablar con Greta.

—Ni nombres a esa perra.

—Porque no intentas dejar una nota en la habitación del joven Mijail —Deje de hacer mis cosas y mire a Paula.

—¡Estás loca! ¿Verdad?

—Bueno es una sugerencia.

—Agradezco tu ayuda, pero tengo fe que el señor Ivanov devolverá