Sarah
James tal vez no notaba que sus palabras lejos de calmar las cosas solo avivaron el fuego. Camello se aferraba a su brazo, tratando de atraer su atención, más sus ojos permanecieron fijos en mí. -Que pena-... Nicolás tenía una aura retadora, -Pero, tu desgracia ha sido mi fortuna-
Ví a James cerrar el puño, pero no intentar nada en contra Nicolás. Por fin Nicolás y yo nos apartamos mientras que el llanto patético de Camille aún se oía detrás de nosotros.
Sentí pena por Camille, aunque en algún momento hubiera sido la bruja de mi cuento, ahora sólo era una pobre loba resentida. Me pregunte si esa habría sido yo, si nuestro tóxico triángulo amoroso no hubiera llegado a su fin.
Busque con la mirada a mis amigas, ellas estaban realmente felices, siendo las parejas de los Betas de Nicolás, no recordaba haberlas visto nunca tan contentas, la que alguna vez creía la cruel jugada del destino había sido lo mejor que nos paso a nosotras tres.
La fiesta siguió sin más problemas, cua