Sara Me dirigí a la casa de la manada, que no era más que un edificio enorme en el centro de todo, las personas entraban y salían en todo momento. Era obvio que aquí no podían vivir todos los miembros de la manada, más era de esperar que aquellos lobos sin emparejar lo hicieran. El edificio estaba en malas condiciones, a comparación con el nido, se veía que aquí nadie había mostrado el más mínimo interés. La madera crucial al caminar, el viento se colaba entre los tablones, había señas de moho y humedad. Definitivamente tendría mucho trabajo por hacer. Un niño de alrededor de doce años paso por su costado corriendo, lo cual llamó su atención por el hecho de que en este lugar no vivían familias, la sensibilidad de una loba en cinta no permitiría crear aquí un hogar. Un grupo de veinte o treinta niños se alzó frente a mí, temerosos, desaliñados.- Hola pequeños-, me acerque con paso vacilante, no quería que salieran corriendo. -Tú serás mi nueva mamá?-, una pequeña tiro de mi ro
Nicolás Ella era un gran Luna, lo supe cuando se plantó en mi Oficina, sus ojos estaban rojos, estaba molesta. Escuche en silencio todos y cada uno de sus reclamos, mirarla tan enfocada era algo gratificante. La manada estaba, ahora en buenas manos. El fuego en su interior, la pasión con la que hacía lo que se proponía. Ella trabajo hombro con hombro en el proyecto de la casa de asistencia. Hacer algo por esos niños, la hacía feliz y eso era todo lo que yo quería. La exploración del Bosque de Pinos aún no había rendido frutos, aún no tenia noticias fueran buenas o malas. Era un alivio verla entretenida, parecía haberlo olvidado, por lo menos por ahora. El haberme encargado solo de la manada, había provocado el declive, en ausencia de una Luna, había cosas que no podía yo solo gestionar. Ahora yo me encargaba del ejército y ella cuidaba de la manada. Pronto prosperaría. No obstante no pude evitar notar, que las cosas no sería fáciles para ella. No obstante era una loba capaz.
Sarah Cuando el trabajo a realizar necesito más manos, no lo dude. Michelle y Diane, sabían lo que había que hacer, no obstante se necesitaría más que el conocimiento de tres ex-Lunas. Busque entre la manada las mejores candidatas y he de reconocer que Sofía era una de ellas. Necesitaba lobas capaces, las tareas a realizar eran de gran importancia. Diane administro la casa de Manada y Michelle comenzó a entrenar a lobas jóvenes, en el futuro requeríamos de todo el Apollo que pudiéramos tener. Sofía y su séquito seguirían haciéndose cargo del nido y yo de la casa de asistencia, todas importantes y necesarias a la brevedad. Mi relación con Sofía era tensa, yo no era de su agrado y ah decir verdad ella no era tampoco del mío. Pero sabía hacer su trabajo, me gustará o no era eficiente, comprometida y tenaz, siempre quiso impresionar a Nicolás, por lo que era realmente buena en su trabajo. Si no fuera por ella Nicolás sería mio- le oí decir en un pasillo, sabía que era su deseo p
Sarah Aunque a Nicolás le pareció divertido mi molestia, tomo asiento sobre el colchon, invitando con pequeñas palmadas a sentarme a su lado. Aunque molesta solo le miraba a traves del reflejo del espejo en el tocador. - Tras la muerte de mi padre y con una guerra inminente, no dude en encarar la mayor amenaza antes de que esta se volviera aun mas fuerte- comenzo a matarme perdido en sus recuerdos. - En aquel entonces no eramos la manada fuerte que vez ahora, por lo que actuamos rápidamente sin darles tiempo siquiera de reaccionar-. Hizo una pequeña pausa organizando sus ideas, -las tropas fuertes de aquella manada, no se encontraban en ella ese día. Su Alpha era un hombre viejo, no pudo contra nosotros y al final falleció a consecuencia de las heridas recibidas. Su unico heredero, tomo a la primera victima que encontró y la ofrecio como ofrenda, solo que ella no era miembro de la manada, era solo una esclava delgada y harapienta, sin el mas minimo deseos vivir. No fue dificil ver
Sarah Era más facil de esa manera- Nicolás buscaba la aprobación en mi mirada mas esta aun era inexpresiva. Suspiro y continuó hablando -Han pasado ya varios años, muchos creían que ella podia llegar a convertirse en Luna, no obstante el tiempo pasaba y yo nunca senti interes romántico o pasional por ella-, pareció tratar de justificar sus actos, y aunque me quedaba claro que no mentía, aquello tal vez se había permitido por mucho tiempo. Hasta que llegaste Tú, Tú cambiaste todo con solo una mirada molesta y retadora, ese espíritu libre e indomable que me cautivo mucho antes de saber que eras mía- Me abrazo por la espalda, aspirando él aroma de mi cabello recien lavado. Pude sentir a Hanna moviendo la cola en mi cabeza, dando de tumbos por el lugar. No me la pusiste facil sabes, no sabia si cortejar, si evitarte, si sonreir, cada vez que trataba de acercarme las cosas parecian ir de mal en peor. En el tema de las relaciones estaba perdido, tan perdido como en ese color caramelo d
Nicolás Verla ahí irritada y saber que estaba así por celos, me hizo sentir el licántropo más afortunado. Si bien, parecía querer matarme aún era Sarah, mi Sarah. Él recordar nuestro primer encuentro, la mejilla maltrecha, su mirada llena de insurgencia, su alma libre. Había tristeza en su alma, dolor en su corazón, quien se hubiera atrevido a lastimarle tanto. No obstante, la ví florecer cual un capullo de flor que se sobrepone a la nieve, la ví emerger cual un Phoenix de entre los pedazos destrozados de su herido corazón. Las palabras salieron de mi boca sin que pudiera o quisiera frenarlas -Hasta que llegaste Tú, Tú cambiaste todo con solo una mirada molesta y retadora, ese espíritu libre e indomable que me cautivo mucho antes de saber que eras mía-, no sabía en que momento Sarah se había robado mi alma, mi mente hasta mi último suspiro. No me la pusiste facil sabes, no sabia si cortejar, si evitarte, si sonreir, cada vez que trataba de acercarme las cosas parecian ir de ma
SarahLa casa de asistencia se había vuelto mi segundo hogar, los cachorros se convirtieron en mi familia, no se igualaba a tener un cachorro propio, pero su amor me era más que suficiente por ahora. James nunca había querido ser padre, siempre me decía que deberíamos pensar en la manada primero, la prosperidad era la meta no la família. años tirados a la basura, suspire pesadamente. La puerta de mi Oficina se abrió de repente y una pequeña de sonrisa brillante asomaba cabeza por mi puerta. Deisy me miraba atenta como si algo de ella tratara de comprender mi expresión. -Vamos por una galletas- se hacerlo y comenzó a tirar de mi manga, por lo que tuve que levantarme del escritorio y seguir la dirección en la que ella me llevaba. Pero nada más llegar a la cocina, mi cabeza comenzó a dar vueltas, el olor de la mantequilla me picada en la nariz, era una sensación bastante extraña, más tomando en cuenta que salvó por el aconito nunca había enfermado en mi vida, pronto la sensación paso
Nicolás-Nicolás- fue casi como un susurro, un pedido de ayuda. - Sarah, ¿Qué pasa?, ¿Qué ocurre?- pero no obtuve respuesta a traves del enlace, me levante bruzacmente lanzando mi silla contra la pared y sali de mi oficina en su busqueda. La casa de acogida no estaba tan lejos, por lo menos no lo suficiente como para que me inpidiera buscarla. Lo haria por todas partes, aunque tardara toda mi vida.-Sarah ¿Dónde estas?-, los pequeños se asustaron en cuanto me vieron, sabia que debia recuperar la compostura. Una pequeña me indico e camino con un dedo, pero no menciono palabras. Tras cruzar la puerta, la vi tendida en el suelo, los recuerdos me inavdieron a pesar de esta vez ser diferente. En silencio me acerque a ella, me arrodille y al tome en brazos, la levante con sumo cuidado en cuanto poso sus brazos alrededor de mi cuello.-¿Que ha pasado?- mi tono era serio, incluso un tanto molesto. Pude ver en su rostro que no lo sabia. - hace un rato me senti mareada, pero al poco tiempo paso