CAPÍTULO 18
Él se ríe mientras se lame los labios. « El sundae perfecto », dice sonriendo con ternura.
— Me has lamido — digo sonriendo.
Él suspira, pero veo que una sonrisa amenaza con dibujarse en su rostro.
— Soy un perro sucio, Willa — dice sonriendo.
— ¡Dios mío ! — exclamo, golpeándome la frente, lo que provoca que la crema batida vuele. — Ve a darte un baño o una ducha, por favor. Hueles mal — le digo para que me deje. Así puedo sonrojarme en paz.
— Todo por ti — tararea mientras junta las manos. Antes de irse, besa la punta de mi nariz, donde queda un poco de crema batida. Pongo los ojos en blanco, pero mi rostro se enciende. Menos mal que mi piel está casi invisible debido a toda esa comida.
Él sonríe y por fin se da vuelta para ir a ducharse. Me déjà con el desastre, suspiro mientras evalúo la escena del crimen. La escena del crimen de la batalla de comida.
— ¡Faye ! — grito porque voy a necesitar ayuda para limpiar las salpicaduras de comida por todas partes.
— Sabes que me