Capítulo 89. •Muerte•
— Habla. No quieres saber lo que le hago a los tipos que no me dan, lo que quiero— Amenacé. Sabía perfectamente donde causar dolor. Un dolor inimaginable.
— Yo no hice nada. Jeremías nos obligaba a todos. ¡Yo nunca quise tocarla! La defendía cuando podía. Incluso le daba de comer— Apreté los dientes.
— Empieza a hablar antes de que te meta plomo por la cabeza. ¡Ahora!
— Ella llegó hace dos años. La metieron con exámenes falsos. En realidad no tenía ningún trastorno psicológico. No había nada.
— ¿Por qué? ¿Para qué?— Pregunté con enojo.
— La herencia. Por lo que sé su abuelo le había dejado una enorme cantidad de dinero y propiedades a su nombre. No lo hizo a sus demás hermanos o padre. Fue a ella. La menor.
— ¿Estás diciendo que su padre la olvidó en este estup*ido hospital psiquiátrico?
— Sí. Le pagó mucho al director por tenerla aquí. Al mostrarla fuera de sus facultades él...
— Se quedó con la herencia— gruñí. El tipo asintió.
—Es todo lo que sé. No me mate, no me mate por