Ya habían pasado dos horas, con mucho esfuerzo la rubia logró desinfectar las heridas, curarlas y vestir de nuevo a la pelirroja. Sabía que el daño interno era peor, un trauma más, un grito más por las noches . Y aunque todas en ese lugar tenían pesadillas, Marley era la única consciente de cuánto había sufrido aquí desde los dieciséis años.
- Marley sal ya, tienes clientes que atender en el bar- La rubia bufo cansada, eran apenas las once de la mañana y muchos ya estaban tomando y pidiendo aperitivos. Por un instante se alegró de ser mesera. Y de no estar en las condiciones de su amiga .
- Algún día cambiarán las cosas Dalia, y todos tendremos esa vida que merecemos- Mustió con lástima para después salir y continuar con su trabajo .
Una lágrima recorrió la mejilla de la chica, puesto que lo último lo había escuchado, no quería abrir los ojos, no quería afrontar esta realidad.
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- Su auto ya está listo señor-. Alekander tomó sus llaves de su auto y emprendió camino al burdel. Ansiab