Corina llegó a su departamento, silenciosa, distraída, parecía andar aún procesando lo que Rubén le había dicho hacía pocos minutos. Se sirvió un vaso de agua con las manos algo temblorosas, se empezaba a convertir en un nido de emociones.
—Corina Méndez, ¿por qué no habías mencionado que te ibas a ver con ese individuo? —Preguntó Diana al darse cuenta de que Corina había llegado.
Al poco tiempo, Diana y Avril notaron a su amiga algo extraña.
—Cora, ¿qué sucedió allá? ¿Rubén te hizo algo? —Cuestionó Avril con preocupación, mientras Diana estaba atenta, a lo que Corina negó con la cabeza.
—No... se portó muy bien... Debo ir ya mismo a hacerme esa prueba de embarazo y buscar a Albert... —Se empezaba a agitar, a caminar de un rado a otro, quería hacer todo a la vez.
—Hey, calma. ¿Qué fue lo que te dijo Rubén exactamente? —La detiene Diana sujetándola por los hombros.
—¡Rubén nunca pudo ni podrá tener hijos Diana! —Se sorprenden al escuchar eso, después de