Capítulo 59. Embarazada
Me desperté con el sol de Dallas entrando por las cortinas. Mi cuerpo, recién saciado por la intensa noche con Alejandro, se sentía pesado. Quería levantarme e ir a la universidad, pero al intentar sentarme en la cama, todo empezó a dar vueltas.
Un mareo súbito me obligó a recostarme de nuevo.
—Maldición —mascullé, cerrando los ojos.
No era solo el cansancio por las pocas horas de sueño o el estrés que cargaba encima. Era algo diferente, algo más profundo y nauseabundo.
Me calmé como pude. Toqué el timbre. Cuando una sirvienta vino, le pedí que me trajera un té de manzanilla y el desayuno a la cama. Pensé que un poco de reposo y algo caliente aliviaría el malestar.
Mientras esperaba, le envié un mensaje rápido a Mariana:
Valeria: No voy a poder ir a clases. Estoy indispuesta, creo que es un bajón de tensión.
Ella respondió casi de inmediato:
Mariana: Cuídate mucho, Val. Tómate el día libre, te lo mereces. Te mando los apuntes más tarde. Te quiero.
Su dulzura me dio un pequeño consuelo