Ángel escupe un poco de sangre y todo cae en el regazo de Anna. Sin embargo, esta no se inmuta, con rapidez lo recuesta de lado en el suelo, se arranca un trozo de tela del vestido y comienza a presionar las heridas.
Logra reconocer a Boyce, quien ayuda a sostener a Ángel, pero no dice nada, sabe que por alguna razón está allí en la boda. Mientras que el extraño que está a su lado le causa un leve estremecimiento, pero ese no es momento para ponerse analítica, sino para ayudar a Ángel.
Se arranca otros dos trozos de tela, los enrolla y los usa para colocarlos bajo la cabeza de Ángel. Él le dedica una mirada triste y trata de sonreír, pero el dolor no lo deja.
—Lamento mucho… lo que está pasando… —le dice bajito y Anna niega con las lágrimas al borde.
—No pienses en eso, por favor… Nos ha salvado a mí y a mis hijos —En ese instante Egan, quien está tratando de mantener presionada la herida de su primo, mira Anna con los ojos abiertos, pero ella no repa