—¿Qué ocurrió? —había preguntado un joven Román Gibrand, viendo a la pequeña y vulnerable niña delante de él.
Apenas había cumplido los dieciséis años y tenía el rostro machacado por los golpes, pero su mirada guardaba rencor y ni una sola lágrima corría por sus mejillas.
—Quiso abusar de mí… —res