Apenas había desaparecido Johan de la vista de todos cuando se comenzaron a escuchar los reclamos.
—¡¿Pero por qué?! ¡No le encuentro sentido a renunciar a lo que te hace feliz! —exclamaba Emma molesta mientras Johan, cansado de escucharla, la empujaba en una silla de ruedas—. ¡Debes de luchar! Ap