—No tengo el valor para mostrárselas a Emma —dijo Benjamín completamente desanimado, el corazón le dolía de imaginarse ese bello rostro envuelto en lágrimas.
—¿Confías en tu amigo? —preguntó Román pasando entre sus manos las fotos una y otra vez.
—Si crees que alteraría las fotos, no… no es capaz.