—¡Hay un idiota en esta casa! —exclamó Emma una vez que se vistió y bajó hacia la estancia donde Román y Frida hablaban seriamente.
—Eso sonó tan ambiguo… Muchos se pueden ofender —dijo Román viendo la rabia de Emma.
—¡Emma! ¡Mi princesa! —exclamó Benjamín extendiendo los brazos hacia su nieta