—¿Perdón? ¿A qué se refiere? —preguntó el director con las manos temblorosas.
—Mi esposa sufrió de un altercado grave. La tomaron por el cuello y la golpearon con una piedra… después, los culpables huyeron, haciendo que el incidente se volviera delito. —Una sonrisa comenzó a formarse en sus labios—