—Emma, siéntate —pidió el director sobándose las sienes—. No saldrás de aquí hasta que le pagues la blusa a tu compañera…
—No traigo el dinero para pagarle… Déjeme ir a casa y…
—Llama a tus padres, que ellos vengan y paguen.
—¿Está bromeando? ¿No se ha dado cuenta que estamos en la universidad y