—¡Lorena!
—¡Señor! ¡Sí, señor! —Pegó un brinco y salió corriendo para dar el aviso.
—Pobre mujer… Te tiene mucho miedo y se nota que tú lo disfrutas —dijo Frida peleando por subir el cierre de su vestido.
—Quien nunca debe de temerme eres tú —dijo Román ayudándole y besando su hombro con ternura