137. Lo que ocurre
—¿Te ocurre algo, Ha-na? —preguntó Heinz, con seriedad.
—¿Yo? No —respondió ella, disimulando su distracción—. ¿Por qué lo preguntas?
—Has estado distraída desde la tarde —comentó Heinz.
—No es nada, no te preocupes —dijo Ha-na, fingiendo una sonrisa de tranquilidad.
—Ven acá —dijo Heinz con pasiva autoridad.
Ha-na se puso de pie y caminó hacia él. Entonces, se sentó sobre el regazo de él.
—¿Dime? —preguntó ella.
—¿Cómo estás? —preguntó Heinz con serenidad—. Acerca de lo que pasó en tu boda. ¿Cómo te sientes?
Ha-na se acomodó más sobre él, sintiendo la firmeza de su cuerpo bajo ella. Su proximidad la envolvía en una mezcla de seguridad y tensión, ese contraste que siempre había sentido con él desde que apareció abruptamente en su vida. La forma en que la miraba en ese momento, con sus ojos azul fijos en los de ella, hacía que una corriente de electricidad recorriera su piel. Había algo en su mirada que no podía desentrañar por completo, una mezcla de interés genuino, paciencia y algo