Ava Janssen
New York
–Muy bien Ary. – Dije.
–Tú ya eres mi amiga y te quiero, me encariño muy pronto con la gente y tú te ganaste rápidamente mi amistad y mi aprecio.
Estaba por empezar a platicar con Ary, cuando el ruido de la cafetera indicándome que ya estaba el café me sacó del momento. Me levanté del sillón y serví dos tazas de cafés y se las llevé donde se encontraba Ary, llevaba la azucarera para que se lo preparara a su gusto, lo coloqué todo en la mesita del centro y después volví a sentarme a su lado.
–Ary, lo siento pero olvidé comprar crema para café pero ahí hay azúcar por si quieres ponerle.
Yo siempre me lo preparaba con dos cucharadas y media de azúcar, me gustaba el sabor dulce del café, amargo nunca lo podía tomar, aunque a mucha gente le gustaba tomarlo sin nada.
–Gracias Ava, yo lo tomo así solo y no te preocupes por mí. Ahora sí dime, te escucho soy toda oídos y puedes contar con toda la discreción de mi parte.
Me aclaré un poco la garganta y le di un trago a mi c