—¿Como qué? —Craig se mostró de repente interesado, curioso por ver qué trucos estaba usando aquella mujer.
—Eh… —Vanessa evaluó la vestimenta de los jóvenes frente a ella—. Tengo varios proyectos en los que estoy trabajando y, si les interesa, puedo prometerles la oportunidad de colaborar.
La mente de Craig empezó a vacilar. Para personas como ellos, lo último que deseaban era un aburrido trabajo de nueve a cinco, por eso habían decidido arriesgarse y ganar dinero rápido.
La propuesta de Vanessa era justo lo que querían: no solo podrían ganar dinero, sino también invertirlo y hacer crecer su capital.
Pensándolo bien, Craig asintió y dijo:
—Está bien, puedes ofrecernos el dinero y los recursos correspondientes a cambio, y prometemos no hacerte daño.
—No solo eso. También quiero que me digan quién está detrás de esto, aunque sea lo último que hagan —dijo Vanessa con un tono serio, fijando su mirada en el grupo.
Craig lo meditó un momento. Como ahora estaban técnicamente en una relación