—Sí, William me explicó todo. Debería disculparme contigo por el malentendido —dijo Cassandra. Siendo alguien que no se preocupa por cosas pequeñas, había comprendido su error en cuanto William le explicó la situación. Se había sentido culpable desde entonces, especialmente porque su relación con Mariah se había distanciado un poco por culpa de William.
Ahora que las palabras finalmente habían salido, Cassandra sintió que un peso se levantaba de su pecho.
—¿Estás sola? ¿Dónde está el detective? —preguntó Cassandra, curiosa al ver a Mariah sin compañía.
—Eh… —Mariah dudó, sintiéndose un poco avergonzada. ¿Cómo podía admitir que había sido engañada?
—Fue una estafa, pero ya está solucionado —intervino William, respondiendo por Mariah.
—Vaya… —Cassandra se quedó un momento sorprendida, luego pareció recordar algo y miró a Mariah con ojos brillantes—. Mariah, si no tienes planes, ¿por qué no vienes con nosotras a un bar?
—¿Un bar? ¿No íbamos a tomar un café? —preguntó William, confundido.