151: Un paso a la vez.
Ian.
—Ya veo que no has cambiado nada y solo intentas manipular a la pobre Ámbar. A veces pienso que tienes cerebro de animal —le digo a mi hermano, y ayudo a Ronett a levantarse—. Aunque pensándolo bien, un animal es más inteligente.
—¿Se encuentra todo bien?
El vigilante del edificio aparece mirando con sorpresa a mi hermano.
—Todos bien, oficial —habla Darwin tranquilo—. Es que no podían abrir la puerta.
—¿Cómo? —El gerente también aparece—. Todos tienen llaves, señorita Scott, ¿qué es lo que está pasando?
Miro a Ronett, y le suplico con la mirada que me deje solucionarlo, a lo que ella cierra los ojos un momento y exhala.
Sé que muere por arremeter contra él, pero también sé que no tiene fuerzas ni ánimos ya que pasó toda la noche vomitando.
—No podía abrir la puerta, ya mismo mandaré a poner una nueva, si me disculpa...
Veo a Ronett perderse en la cocina. Y le hago rápidas señas a Darwin el cual no deja de ver hacia dentro con ganas de acabar con la rubia.
—Gracias, Pablo, todo b